En nuestra entrada sobre las reglas de acentuación en español, explicamos paso a paso cómo se acentúan las palabras en español y cuándo han de llevar tilde, esto es, el acento ortográfico. No obstante, dejamos sin analizar una forma específica de acentuación —ya que no sigue las normas generales—. Nos referimos a la tilde diacrítica.
Podríamos decir que es una tilde “con apellido” —el adjetivo diacrítica—. De este modo, si buscamos en el Diccionario de la RAE el significado de diacrítico y prestamos atención a su etimología —la lengua origen de la palabra—, vamos a observar que es un vocablo que proviene del griego y que significa “que distingue”.
En consecuencia, la tilde diacrítica es una tilde que distingue, que diferencia. La pregunta lógica sería: ¿qué es lo que distingue o diferencia? Fácil, palabras que se escriben igual, pero que, por norma general, tienen una categoría gramatical diferente.
Dicho de otro modo, las tildes diacríticas se utilizan para diferenciar algunas palabras que se escriben igual, pero tienen distintas funciones gramaticales. Por ejemplo, con ella diferenciamos el artículo “el” del pronombre personal “él”. Vamos a profundizar un poco más:
La tilde diacrítica en español
Si continuamos con el ejemplo anterior y lo analizamos, podemos observar que ambas palabras se escriben igual: “el”. Además, al tratarse de una palabra monosílaba —solo tiene una sílaba—, según las reglas de acentuación en español, las palabras monosílabas no llevan tilde.
En relación a la no acentuación de las palabras monosílabas, recordar que desde la Ortografía de 2010 —con el objeto de mantener la unidad ortográfica de los casi quinientos millones de hablantes de español—, las palabras compuestas por una sílaba con diptongo o triptongo, y que tradicionalmente se habían tildado —por parte de algunos hispanohablantes—, pierden la tilde en atención a la regla de que los monosílabos en español no llevan tilde.
Así, sustantivos como guion, truhan, o formas verbales como criais o guiais, no llevan tilde, puesto que son monosílabas.
Pero claro, al tratarse de dos palabras diferentes —una es un artículo y la otra un pronombre—, y también, de que una es tónica (el pronombre) y la otra no (el artículo). Entonces, la forma de diferenciarlas es a través de una tilde diacrítica.
Ahora que ya tenemos claro qué son y para qué sirven este tipo de tildes “con apellido”, nos falta saber cuáles son:
Palabras que llevan el acento diacrítico
1) Los interrogativos y exclamativos qué, cómo, cuánto, quién, cuándo, dónde, adónde, cuál, cuán, y de tenerlos, sus plurales y femeninos (cuántas, quiénes, cuáles…). Los cuales se diferencian de las conjunciones y los relativos átonos que se escriben igual.
Como por ejemplo en:
El coche que me he comprado es eléctrico –> Es un “que” relativo átono, en consecuencia, se escribe sin tilde.
¿Qué coche te has comprado? –> Es un “qué” determinante interrogativo, por tanto, lleva tilde diacrítica.
¡Ojo! Como bien nos advierte la RAE, en no todas las construcciones interrogativas o exclamativas en las que aparezca algunas de las formas descritas, implica que estas introduzcan las interrogación o la exclamación, puesto que pueden tener otra función:
¿Quien te lo ha dicho es amigo mío? –> En este caso no es un “quien” interrogativo, sino que es relativo. Lo podemos sustituir por “el que/la que”: ¿El que te lo ha dicho es amigo mío? En consecuencia, va sin tilde —aunque los correctores ortográficos de los móviles u ordenadores te lo marquen como error—.
2) Los siguientes monosílabos:
– Mí pronombre personal, que se diferencia de “mi” determinante posesivo.
– Sí pronombre personal, adverbio afirmativo o sustantivo, frente a “si” condicional o la nota musical.
– Tú pronombre personal, que se diferencia de “tu” determinante posesivo.
– Él pronombre personal, que se diferencia de “el” determinante artículo determinado.
– Té sustantivo que refiere a la bebida, frente a “te” pronombre o letra.
– Sé forma verbal del verbo saber, frente a “se” pronombre o marca de impersonalidad o de pasiva refleja.
– Dé forma verbal del verbo dar, frente a “de” preposición o letra.
– Más adverbio o conjunción sumativa, frente a “mas” conjunción adversativa.
Ejemplos
Finalmente, y antes de pasar a los ejemplos, traer a la memoria que con la última Ortografía, los pronombres demostrativos como este, ese, aquel, dejan de diferenciarse con una tilde de los determinantes demostrativos de idéntica escritura.
Lo mismo sucede con el adverbio solo y el adjetivo solo, también dejan de usar la tilde diacrítica, toda vez que en ambos casos estamos ante palabras que no presentan diferenciación entre una forma tónica y una átona. Igualmente, por el contexto y el sentido, se puede determinar de qué categoría gramatical se trata.
Ahora sí, tras este leve apunte, vamos a ver unos cuantos ejemplos:
A) Hoy he estudiado mucho, así que me sé la lección. –> “Sé” con tilde puesto que corresponde al verbo saber.
B) Se me ha roto el pantalón en clase, ¡qué vergüenza! –> “Se” pronombre —y voz media—, en consecuencia, va sin tilde. En cambio el “qué” es exclamativo y va con tilde.
C) Te he visto a través del cristal tomando un té. –> El primer “te” es un pronombre —sin tilde— y el segundo se refiere a la infusión, por tanto, con tilde “té”.
D) A mí me encanta jugar con mi gata. –> El primer “mí” es un pronombre personal —sin tilde—, y el segundo “mi” es un determinante posesivo, así que no lleva tilde.
Si queréis afianzar lo aprendido en esta entrada, os aconsejamos que realicéis nuestro test de acentuación.
Esperamos que os haya quedado claro el uso de estas tildes “especiales”. Si aún así tenéis alguna duda, o nos queréis hacer un apunte, no dudéis en dejarnos un comentario.