Según el Diccionario de la RAE, las tarascadas son un golpe, una mordedura o una herida, también como segunda acepción aparece que son un exabrupto o brusquedad con que alguien contesta a otra persona. Finalmente, como término taurino recoge que son una cornada violenta.
De este modo, la intención de Pepe Caballero al asociar esta palabra con sus reflexiones, indica una clara voluntad de no dejarnos indiferentes, de golpearnos con sus cavilaciones o, en otros casos, de dejar que las palabras supuren a través de las heridas del alma.
Escritas en estilo aforístico, las publicamos ordenadas de diez en diez, aquí os dejamos la cuarta entrega de las tarascadas:
XXXI
Los ideólogos del bien y sus seguidores han perdido toda humanidad. Son capaces de, sin pestañear, exterminarnos a todos los que discrepemos con tal de conseguir su ciega utopía. Lo jodido es que esto aplica a cualquier concepción del bien. Sí, la tuya también.
XXXII
No importa quién seas, ni qué hagas. Siquiera es relevante el grado de tu autoestima, ya sea de lo más elevado, ya sea bajo cero… Todos y cada uno de nosotros encontrará algo en su interior que nos haga creernos mejores que los demás.
XXXIII
[Ese maldito yo (Cioran)]
Las escuché rifándoseme:
—Yo también me lo quiero follar, pero como es tu cumpleaños, te dejo que te lo folles tú.
Las dos estaban bien buenas, solo que mi ego hizo algún clic y reaccionó con un:
— Os vais a quedar las dos con las ganas.
Y así fue, y así de GILIPOLLAS soy.
XXXIV
La condición humana es lo más valioso que tenemos, si dejamos que nos la cambien por alguna vana identidad (sexual, política, nacional, religiosa, digital, etc.) estamos condenados a la esclavitud.
XXXV
Si las élites dejan de pelear entre ellas por el poder es porque ya no hay élites, sino dictadores.
XXXVI
Los oprimidos cuando reclaman igualdad no buscan justicia, lo que quieren es venganza.
XXXVII
Cuando se me agotan las ideas me consuelo pensando que se acabaron las ideas en el mundo, ya que las mías nunca fueron mías.
XXXVIII
¿No te desasosiega pensar que tal vez el equivocado eres tú?
XXXIX
No hay peor frustración que la del inquisidor, porque por más que se esfuerza, sus víctimas no quieren comprender que las tortura por su bien, para que así aprendan.
XL
Si la ciencia pierde la capacidad crítica, ya no es ciencia, sino una religión sin Dios y un dogma sin fe ni conciencia.
Si no has leído las anteriores tarascadas, no te las pierdas pinchando aquí.