Cuando hablamos, a través de las palabras no solo nos referimos a conceptos que poseen una significación. Sino que, también, utilizamos palabras que sirven a la propia lengua —como, por ejemplo, las conjunciones—. Pero, además, hay una serie de palabras que no tienen una significación propia, ni tampoco son lo que podríamos llamar “herramientas de la lengua”. Nos referimos a los deícticos. Por tanto, para entender a qué nos referimos, vamos a explicar qué es la deixis y cuáles son sus clases.
¿Qué es la deixis?
Si buscamos en el Diccionario de la RAE, podemos observar que es una palabra de origen griego que significa “señalar” o “indicar”. Asimismo, en su primera acepción obtenemos los siguiente:
1. F. Ling. Señalamiento a una persona, un lugar o un tiempo, o a una expresión lingüística mediante ciertos elementos gramaticales.
Evidentemente, para el profano en temas lingüísticos la definición no le aclarará muchas cosas. No pasa nada, nosotros te lo explicamos.
En efecto, lo primero que tenemos que tener claro es la función de señalar o indicar que tiene la deixis. Esto es, los deícticos van a servir para indicar o señalar. La pregunta obvia es: ¿pero, qué indican o señalan?
En la definición del Diccionario tenemos la respuesta: una persona, un lugar o un tiempo. Dicho de otro modo, la deixis y sus clases van a servirnos en la comunicación para indicar, para señalar personas, cosas, lugares o tiempos.
Palabras vacías de significado
De ahí que los deícticos son palabras que no tienen un significado dado, sino que van a tomar del contexto comunicativo —la situación en la que se da la comunicación— su significado. Con un ejemplo lo vamos a entender mejor:
En el enunciado “María tiene aquí muchas amigas”. Podemos observar que hay varias palabras que no tiene un significado dado.
Así, el nombre de María sería un deíctico puesto que en esa palabra no hay nada que defina a las personas que se llamen así. María puede ser alta, baja, morena, rubia, blanca, negra, etc.
Es decir, solo sabemos de qué María se trata dentro de un contexto dado. En una conversación sé, por ejemplo, que me refiero a María, mi compañera de trabajo. Pero si alguien, me dice vi a María en la cena, y esa persona y yo conocemos a varias personas con ese nombre, tendría que preguntar: ¿a qué María?
Porque los nombres propios no significan nada, ya que son elementos deícticos. Solo sirven para indicar, señalar en un contexto determinado a la persona que se llame así.
Lo mismo sucede con “aquí”. Tampoco podemos dar una definición de esta palabra sin señalar el contexto en el que se emplea. Esto es, “aquí” solo cobra sentido cuando se utiliza. O lo que viene a ser “aquí” es “aquí” —donde yo señale—.
En cambio, la palabra “amigas” si tiene un significación dada. A priori, no depende del contexto, ya que nos referimos a unas personas con las que se tiene una relación de amistad.
Decimos “a priori”, puesto que, tal y como nos enseña la pragmática, cualquier palabra puede adquirir un sentido distinto a su significado. Es lo que explicamos en nuestra entrada significado, sentido e interpretación.
Una vez que nos ha quedado claro qué es la deixis, vamos a ver cuáles son sus clases.
La deixis y sus clases
Entre las categorías gramaticales, vamos a encontrar varios tipos de palabras que conforman los deícticos. De este modo, en los pronombres, los adverbios y los verbos se da una expresión deíctica. Lo mismo sucede, como ya hemos visto, con los nombres propios. Con ellos, vamos a poder expresar:
La deixis espacial
Se refiere a las palabras que sirven para indicar o señalar una referencia espacial dentro de una conversación. Así pues, los adverbios de lugar, los verbos con carácter locativo, los demostrativos y los nombres propios —de lugares— hacen alusión a un espacio al que nos queremos referir. Vamos a los ejemplos:
– México D.F. es una ciudad impresionante. –> Con el nombre propio “México” estamos refiriendo a un lugar, que no significada nada. Solo nos sirve para señalar, indicar esa ciudad.
– Aquí llueve bastante. –> “Aquí” es un adverbio de lugar, y solo podemos saber a qué lugar nos referimos con esa palabra en el contexto en el que sea utilizada.
– Te he dicho que vengas –> “Vengas” es un verbo cuyo significado tiene un matiz locativo —de lugar—, en consecuencia, también adquiere una parte de su significación a través de su uso.
– Aquellos me gustan más –> “Aquellos” es un demostrativo —según la (ya no tan) nueva Gramática, un determinante— que también indica una referencia espacial en función del contexto.
La deixis temporal
Son aquellas palabras que utilizamos para indicar o señalar la magnitud temporal dentro de una comunicación.
De este modo, los adverbios de tiempo y las formas verbales, en tanto en cuanto sus morfemas sirven para aludir al presente, al pasado o al futuro, van a ser las palabras que emplemos para expresar las referencias temporales. Como en:
– Mañana vamos a la feria. –> Con el adverbio “mañana” estamos expresando cuándo vamos a realizar esa actividad. Pero observamos que “mañana” solo obtiene sentido en el contexto en que se emplea. Puesto que, ¿cuándo es “mañana”?
– Iremos a la feria. –> El verbo “iremos” está conjugado en un tiempo de futuro. Por lo que nos está marcando una referencia temporal. Que también adquiere su sentido dentro de una situación comunicativa.
La deixis personal
Nos indica dentro de una conversación a quién nos referimos, o bien, quién es el emisor o receptor en cada momento dado. Para ello, utilizaremos los pronombres, los posesivos, los nombres propios y los tiempos verbales. Por ejemplo:
Yo soy el hermano de Pascual. –> El pronombre “yo” se refiere siempre al emisor del enunciado. Por tanto, su adscripción va a variar en función de la persona que diga “yo”.
Del mismo modo, “Pascual” en tanto que nombre propio nos sirve para señalar una persona. La cual solo vamos a saber de quién se trata dentro de la situación comunicativa en la que es pronunciada.
El verbo “soy”, como todos los verbos en español, tiene implicito un morfema personal. Así, si omitiesemos el pronombre “yo” en el enunciado anterior “Soy el hermano de Pascual”. En el verbo se sobreentiende la persona “yo”.
Finalmente, los posesivos también sirven para indicar la persona. Ya sea como determinante: “Mi casa está cerca” –> “Mi” actualiza el significado de “casa” otorgándole un matiz de pertenencia, así como de persona (1ª). Ya sea como adjetivo “La casa suya tiene una terraza gigante” –> “Suya” indica pertencia y también persona (3ª).
Esperamos que os haya quedado claro qué es la deixis y cuáles son sus clases. Si tenéis alguna duda, no dudéis en dejarnos un comentario al respecto.