Dentro de las categorías gramaticales, las palabras se clasifican en variables e invariables, en función de si presentan variación —o no— de morfemas de género, número o desinencia verbal. El adverbio pertenece a las invariables. En esta entrada, vamos a profundizar en su estudio y a analizar el adverbio en español y sus clases.
En efecto, los adverbios, al igual que las preposiciones, las conjunciones y las interjecciones, son palabras invariables. Es decir, no van a variar ni en masculino ni en femenino, ni en singular ni plural. Si insistimos en esta cuestión es porque es fundamental para no confundir el adverbio con determinantes, adjetivos o sustantivos.
Aunque primero, es preciso determinar qué son los adverbios y qué función cumplen:
El adverbio en español
Si comparamos los adverbios con el resto de palabras invariables, observamos algunas peculiaridades. Así, a diferencia de algunas preposiciones y de las conjunciones, los adverbios son palabras tónicas, esto es, poseen una sílaba acentuada.
Asimismo, las preposiciones y las conjunciones no poseen significado léxico —son elementos relacionales—, mientras que, por normal general, los adverbios sí. Lo que va a permitir que se clasifiquen según su significado.
Las interjecciones, por su parte, dentro de su aparente sencillez, ¡ay!, son más complejas de lo que pueda parecer. Toda vez que sirven para apelar o expresar emociones. Te las explicamos aquí.
En cuanto a su función, los adverbios van a modificar el significado de otras palabras: verbos, adjetivos u otros adverbios. También pueden aparecer modificando el sentido de una oración. Del mismo modo, los adverbios forman parte de los elementos deícticos.
El adverbio y la deixis
La deixis es un término que se utiliza en lingüística para referir a las palabras que solo adquieren su significación y sentido, dentro del contexto y la situación extralingüística en la que se producen. Dicho de otro modo, son palabras que solo adquieren un sentido cuando son dichas.
Por ejemplo, un gato es una palabra —en su acepción de animal— que nos refiere a la imagen que tenemos de esos felinos peludos y traviesos, que nos hacen una interesada compañía. Y en la gran mayoría de contextos, cuando utilicemos o escuchemos la palabra gato, va a tener esa significación. Esto es, la palabra significa de por sí.
En cambio, si tomamos el adverbio “aquí”, sabemos que desde un punto de vista semántico se refiere a un lugar. Pero no podemos tener una imagen que nos refiera a la idea de un lugar determinado. De este modo, “aquí” solo tiene sentido cuando es pronunciado. Es decir, “aquí” es el lugar donde se dice aquí.
Lo mismo sucede con los adverbios “después” o “mañana”. Tienen una noción de tiempo, pero solo adquiere su sentido en el contexto en el que son utilizados. ¿Cuándo es después o mañana? Depende de la situación en la que son dichos.
Es por ello que una de las funciones sintácticas del adverbio es la de Complemento Circunstancial. Toda vez que dentro de la oración indica la circunstancia en la que se produce lo expresado por esta. La deixis afecta a los adverbios de tiempo y de lugar.
El adverbio como modificador
Si los determinantes precisan o limitan el significado de los sustantivos, los adverbios modifican el significado de verbos, adjetivos u otros adverbios. Cuando los adverbios modifican el significado del verbo, estamos al igual que con la deixis ante una función sintáctica de Complemento Circunstancial.
En este caso, los adverbios aparecen en el predicado y afectan solo al significado del verbo. Esto es, precisan o limitan lo que el verbo expresa. Vamos a ver un ejemplo:
Hemos comido demasiado. –> Demasiado es un adverbio —no es variable—, y podemos observar que modifica el sentido del verbo añadiéndole un matiz de cantidad. Es decir, si decimos solo “hemos comido”, el significado del verbo refiere solo a la ingesta de alimentos. Al adjuntar el adverbio “demasiado”, precisamos su significado, añadimos una información sobre cuánto hemos comido.
Cuando los adverbios modifican el significado de adjetivos u otros adverbios, en ambos casos precisa o da una gradación de sus significados. Además, el adverbio los precede y cumple la función sintáctica de modificador. Sigamos con los ejemplos:
Lucía parece bastante enfadada. –> Observamos que bastante es un adverbio —como antes, es invariable— y va precediendo a un adjetivo —variable— del que nos da una gradación (mucho-poco). En consecuencia, es un modificador.
Ese vestido te queda muy bien. –> En este caso tenemos dos adverbios, muy y bien. Si nos fijamos, “bien” va modificando al verbo (“Ese vestido te queda bien”, es correcto. Pero no podemos decir “Ese vestido te queda muy”, no tiene sentido). Es así, porque “muy” va modificando a “bien”, y como en el ejemplo anterior, da un matiz de grado (mucho-poco).
Finalmente, hay adverbios que modifican el sentido de toda la oración. Es lo que sucede por ejemplo en:
No voy a ir a la fiesta de María. –> No es un adverbio que modifica el sentido de toda la oración, esto es, le da una modalidad negativa a la oración. En sintaxis tienen la función de modificador oracional.
Forma del adverbio en español y sus clases
En cuanto a la forma —su morfología— del adverbio en español y sus clases , podemos distinguir:
A) Adverbios simples: morfológicamente tiene una forma simple, como ayer, hoy, mucho, bien, mal, poco, etc.
B) Adverbios compuestos: morfológicamente están formados por un adjetivo y el sufijo -mente. Como en adecuadamente, rápidamente, tontamente, lentamente, etc.
Asimismo, algunos adverbios admiten morfemas diminutivos y aumentativos, y también el grado superlativo. Así, podemos usar adverbios como tardísimo, tempranito o arribota.
En cuanto a sus clases, los adverbios se organizan en función de su significado léxico. Así, tenemos:
Adverbios de lugar
Responden a la pregunta ¿dónde? al verbo. Y como su propio nombre indica, se refieren al lugar expresado en la oración en que se da la acción, el estado o el proceso verbal.
Entre otros son: allí, aquí, lejos, cerca, arriba, abajo, delante, detrás, encima, debajo, fuera, dentro, ahí, allá, etc.
Adverbios de cantidad
Responden a la pregunta ¿cuánto? al verbo. Y como su propio nombre indica, se refieren a la cantidad expresado en la oración en que se da la acción, el estado o el proceso verbal. O al grado si son modificadores.
Entre otros son: poco, mucho, bastante, más, menos, muy, casi, solo, demasiado, etc.
Adverbios de tiempo
Responden a la pregunta ¿cuándo? al verbo. Y como su propio nombre indica, se refieren al tiempo expresado en la oración en que se da la acción, el estado o el proceso verbal.
Entre otros son: ahora, luego, después, mañana, hoy, ayer, tarde, temprano, siempre, nunca, antes, etc.
Adverbios de modo
Responden a la pregunta ¿cómo? al verbo. Y como su propio nombre indica, se refieren a de qué forma o modo se produce lo expresado en la oración en que se da la acción, el estado o el proceso verbal.
Entre otros son: bien, mal, así, mejor, peor, y adverbios compuestos como inteligentemente o velozmente.
Adverbios de afirmación y de negación
Indican si lo expresado en la oración tiene sentido positivo o negativo. Entre los negativos tenemos: no, tampoco, jamás, nunca, apenas, negativo, etc. Entre los positivos: sí, también, ciertamente, posiblemente, etc. Suelen actuar como modificadores oracionales.
Adverbios de duda
Indican un sentido de duda a lo expresado en la oración. También suelen actuar como modificadores oracionales. Entre otros son: quizá, probablemente, seguramente, acaso, etc.
Adverbios exclamativos, interrogativos y relativos
En función de si expresan una emoción, una pregunta o introducen una subordinada. Los exclamativos e interrogativos llevan tilde, los relativos no. Exclamativos e interrogativos: qué, cuánto, cómo, cuándo, etc. Relativos: donde, cuanto, como, donde, etc.
¿Cómo distinguir el adverbio en español y sus clases?
Finalmente, vamos a ver unas pautas para no confundir el adverbio con otras categorías gramaticales como determinantes, sustantivos o adjetivos.
Lo fundamental a la hora de distinguir el adverbio es que no varía ni en género ni en número. En consecuencia, si tenemos dudas de si en una oración una palabra es un adverbio, lo que vamos a hacer es cambiar las palabras a las que se refiere para ver si admite masculino o femenino, singular o plural. Si no los admite es que será un adverbio.
Así, en Me lo parece a mí o María habla muy bajo –> A priori, bajo es un adjetivo. Pero si nos fijamos en el sentido de la frase, vemos que está actuando como un adverbio de modo. De esta forma, si probamos a cambiar sujeto y verbo de la oración: María y Luis hablan muy bajo. Vemos que bajo permanece invariable y, por tanto, es un adverbio. Que por cierto, lleva el adverbio “muy” como modificador.
Esperamos que con nuestra entrada El adverbio en español y sus clases, os hayan quedado claras las funciones del adverbio, su clasificación y la forma de distinguirlo. Si aún (adverbio de tiempo) os quedan dudas, no dudéis en dejar un comentario al respecto.





